La detección de problemas o posibles enfermedades en los ojos de los perros por parte de los dueños suele ser rápida ya que hay un cambio físico evidente. Rojeces, hinchazón o más lagrimeo de lo habitual son síntomas de que algo va mal. Unos ojos sanos deben ser claros y brillantes, sin más legañas que las que segrega de manera natural y no estan inflamados.
¿Cuáles son las enfermedades oculares más habituales en los perros?
Conjuntivitis
La conjuntivitis es una inflamación de la membrana que cubre la parte interna del pàrpado y el blanco de los ojos. El origen de la conjuntivitis puede ser variado (infecciones, alergias, insuficiente producción de lágrimas o irritación). La hinchazón es el síntoma más evidente.
Ojo seco
Llamada científicamente “Queratoconjuntivitis Seca” ocurre cuando las glándulas lacrimales del perro no producen suficientes lágrimas. Algunas enfermedades víricas, reacciones a fármacos, alergias o heridas pueden producirla. Hay que estar muy vigilantes con esta enfermedad ya que si se vuelve crónica, puede llevar a la pérdida de la visión.
Úlcera
Una úlcera en la córnea es una enfermedad que no se pasa desapercibida a los dueños. Hace tanto daño que los perros guiñen. La puede ocasionar un cuerpo extraño arañando
la superficie de la córnea pero también puede tener origen en una inadecuada producción lacrimal o una infección bacteriana. Los perros que tienen más riesgo de tener una úlcera ocular son los perros con ojos saltones y los mayores.
Epífora
Si parece que no para de llorar o tiene el pelo de alrededor del ojo constantemente mojado puede tener epífora. Esto es porque el flujo normal de lágrimas está bloqueado.
Cataratas y Glaucoma
Sí, igual que los humanos también pueden tener cataratas y glaucoma. Las cataratas nublan el cristalino dentro del ojo y son la causa más común de ceguera canina. Son hereditarias en algunas razas, y para qué un tratamiento sea efectivo (no se curan pero se puede detener su evolución) es muy importante tener de un diagnóstico temprano. El glaucoma aparece por un aumento de presión desde dentro del ojo cuando se drena menos cantidad de fluido.