La incorporación de un perro a la familia puede ser difícil si no se está preparado. Para ello antes hay que informarse y tener previstas una serie de acciones que nos harán este proceso de adaptación más fácil a todos.
- Hazle hueco
Lo primero es tener pensado cuál será su lugar. Prepárale un sitio cómodo para descansar, donde esté tranquilo y pueda relajarse. No es mala idea que disponga de un sitio donde esconderse (¿debajo una mesa?). Antes de su llegada a casa quita de su alcance las cosas de valor, especialmente si es cachorro. Va a querer descubrir todo y con tanto movimiento es fácil que rompa cosas. Él no sabe, ayúdale: anticípate y evita situaciones desagradables.
- Enséñale poquito a poco. Ten paciencia
Ponte en su lugar. Está en un sitio nuevo y no sabe cómo funciona nada ahí. Bien, pues es trabajo de todos enseñarle cómo queremos que haga las cosas. Dependiendo de su edad y pasado las circunstancias cambiarán, pero en general tienen una buena capacidad de aprendizaje, pero aguantan poco tiempo concentrados y su ritmo es lento. Así que paciencia, empieza con 5 minutitos al día mañana y tarde y vas ampliando. Ten en cuenta que ellos “hablan perro” y es más fácil que nosotros aprendamos a entenderles primero para poder enseñarles lo que significan nuestros gestos y palabras. (Si necesitas ayuda podemos asesorarte).
3. Tenlo Ocupado.
“Cada día lo saco a correr mucho rato pero no sirve de nada. Cuando llego a casa me lo encuentro todo patas arriba”. ¡Cuántas historias así hemos conocido! Pensar que porque hacen actividad física se relajan es un error muy común. Los perros muy nerviosos o con problemas de ansiedad (y todos, en general, porque esto evita problemas futuros) necesitan actividad mental. Hay infinidad de juegos y actividades para ello que, además, reforzarán vuestro vínculo y los dos lo pasaréis muy bien. Algunos ejemplos: esconder comida en casa y hacer que la encuentre, enseñarle a rastrear, enseñarle a traer cosas… También existen juguetes especiales para dejarles cuando tu no estás que les obligan a pensar “Esto huele a comida rica pero no sale nada ¿a ver, qué pasa?”
4. ¿Tu no te equivocas?
¡Oye, acaba de llegar a casa, no pretenderás que lo haga todo bien el primer dia! Necesita tiempo para entender dónde está y cómo funcionan las cosas. Necesita tiempo para aprender lo que le enseñas. No le atosigues, déjale tranquilo, dale su espacio, no estés agobiándolo continuamente necesita descansar y dormir muchas horas. Si hace algo mal piensa por qué ha pasado y dale una solución para que no se vuelva a equivocar.
- Dile que lo hace bien
Es imposible que entienda la diferencia entre bien y mal si nosotros no nos comportamos diferente. En este sentido, el refuerzo positivo es mucho más productivo que el negativo, puesto que, además de ayudar a que entienda que quieres que haga aquello de esa manera, refuerza su confianza en ti. Los castigos o las riñas le alejan de ti, y si el animal acaba de llegar a casa te interesa crear ese vínculo positivo y de confianza contigo.
- Necesita rutinas
Igual que nosotros, también necesita rutinas y horarios. Saber que cuando llegas a casa significa que saldrá a la calle le ayudará a estar tranquilo, tendrá la certeza que saldrá. Esto le ayudará a aprender que tiene que esperar a hacer sus cosas en la calle, por ejemplo, que en el caso de los cachorros es uno de los factores más comunes que queremos enseñarle antes.